Frio de otoño
Cae la noche y ahí está el mismo
hombre caminando en el frio,
Con sus audífonos escuchando “Destino o Casualidad, Melendi”
Y cada letra de la canción lo siente como
si él fuera el protagonista de
Aquella canción, y canta fuertemente una
estrofa de la canción:
“Dos
extraños bailando bajo la luna, se convierten en amantes al compás,
De esa extraña melodía que
algunos llaman destino y otros prefieren llamar casualidad”
Se detiene; debe retomar el aire, ya
que no se acostumbra al clima frio.
Sigue caminando sin rumbo alguno,
pero no puede sacarse de la cabeza
Esa canción, le hace recordar a
alguien muy querido para él. Y hasta se ríe de sí mismo y exclama: ¡Ni se
bailar ni siquiera!...
Pero ella sí que sabe bailar muy
bien, y se ve que se expresa de una forma libre
Al ritmo de la música. En cambio, el
a duras penas puede dar unos cuantos pasos bailando.
Deja eso a un lado y se pone a pensar
que será lo primero que hará cuando la vea nuevamente, han pasado varios meses
desde la última vez que vio a aquella mujer,
Y el frio del otoño se desaparece de
su cuerpo y empieza a sentir un calor que lo rodea
La imagina dándole un abrazo, un
abrazo que le transmite el calor que le hace falta,
Que necesita desesperadamente. Pero
debe ser paciente ya que aún le quedan 2 semanas
Para regresar a casa y poder ver a
aquella mujer nuevamente. Mientras debe seguir soportando este frio de otoño
que se le hace alunas veces eterno.
Peter Bueno Archbold
